En el salón de mi casa hay un reloj de pared que me gusta mucho. Es un reloj moderno, de forma octagonal, que funciona gracias a la pila que lleva oculta en la parte de atrás. Su borde es de madera de color marrón, compañero a los muebles. Los números son romanos, y son bastante grandes. Su esfera es de cristal.
A mí no hace mucha gracia este reloj, porque es en el que se fija mi madre a la hora de mandarnos a la cama.
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