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lunes, 10 de junio de 2013

Con la escoba



Esto era una bruja que se llamaba Piruja, a ella le gustaba mucho cocinar y barrer su puerta con su escoba mágica. Ella era muy buena con la gente que la rodeaba, y todas las personas la adoran.

Un día al terminar de cocinar su potaje preferido fue a barrer la puerta y… ¡Cataplás!, se partió su escoba preferida para barrer. Se cabreó mucho, porque era una escoba muy valiosa, que se la había regalado su madre cuando hizo su comunión. Ese mismo día, todo el mundo estaba disgustado con ella, porque la bruja se portaba muy mal con todos sus amigos. Un día, todos sus amigos decidieron hacer una reunión para hablar sobre el mal humor de la bruja. Después de un largo debate, se dieron cuenta que todo era debido a la pérdida de la apreciada escoba, porque desde entonces había perdido su buen humor. Decidieron ir a una tienda de escobas para brujas, y le compraron la mejor escoba del mundo o, por lo menos, con todo el cariño del mundo. Se la regalaron y la bruja se puso muy contenta al ver que sus amigos le habían comprado otra escoba mágica. La bruja se disculpó y nunca más intentó que las cosas materiales le afectaran al carácter con las personas que la rodeaban.

Esta historia creo que es un poco tonta, porque en realidad no nos cuenta gran cosa, simplemente que el tendero y el aprendiz eran unas humildes personas. Pero la verdad, es que no me ha gustado mucho esta historia.

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