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lunes, 10 de junio de 2013

La contaminación del mar

La contaminación del mar
Había una vez un pez y un caracol que vivían en un bonito apartamento al lado de la costa,  ellos viven como mascotas con su dueño, que les daba una vida tranquila. Siempre hablaba con su amigo el caracol sobre ver el mar azul y sus peces de colores. Su dueño siempre colocaba la pecera en el balcón para que le diera el sol. Al caracol le gustaba pasearse por el cristal de la pecera, porque gracias a su suavidad, le costaba menos trabajo desplazarse. Un día, mientras su dueño limpiaba la pecera, se tiraron los dos por el váter y llegaron al mar, pero se llevaron una gran decepción cuando por fin llegaron al sitio deseado. Los peces estaban tristes, todo parecía más oscuro de lo que recordaban. El caracol y el pez decidieron seguir investigando, no sabían el porqué de aquel cambio tan brusco, lo que ellos recordaban como mar, ahora lo encontraban como un gran estercolero. El pez y el caracol, después de haber visto la tristeza que había en el mar,  añoraban su fantástica y limpia pecera y deseaban volver a ella lo antes posible. La pena que les daba era que todo había sido culpa de los humanos, porque sólo pensaban en ellos, en divertirse, en ensuciar, pero no pensaban en las consecuencias que aquello estaba creando en sus mares. Los arrecifes se estaban perdiendo, algunas especies se estaban muriendo y las pocas que quedaban se encontraban tristes y desoladas. Era una pena lo que había pasado con el fondo del mar, y lo peor de todo es que nadie podía pararlo, nadie más que quien lo había empezado. ¿Pero hasta cuándo duraría esto? ¿No se darían nunca cuenta del daño que causaban? Por eso, todos debemos respetar lo que vemos y lo que no vemos, porque podemos hacer mucho daño; y es muy triste lo que les pasó al pez y al caracol, que se encontraban más felices en su pecera de cristal que libres en el mar.


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